No le ofreci la luna,
le dijo slo qudate conmigo,
no hay fortuna,
que valga el corazn que te dar,
ella dud un momento
y luego contest que s
pero sin juramentos
que no vas a saber despus cumplir. Y si de verdad me amas
no habr casorio para que
con dos en una cama
sobran testigos, cura, y juez,
y viviremos lejos
del trfico y la polucin,
mejor llegar a viejos
a la sombra de algn sauce llorn. Le regal un anillo
de quita y pon que unen sin atar,
y levant un castillo
de arena fina junto al mar,
sus dos hijos dudaron
entre el dinero y el saber,
llamaron al primero
Can y al benjamn Abel. Lo le, lo so, lo invent,
mi cuento de momento empieza bien. A Abel lo liquidaron
y el crimen nunca se aclar,
apenas ya quedaron
slo, ya, Can y su ambicin,
montaron un negocio
en el terrenito de pap.
Menudo par de socios.
Hicieron del castillo
un bodrio de urbanizacin,
aquel edn sencillo
se llama ahora Nueva York.
Los dos viejos se hospedan
en un hogar de la tercera edad,
el hijo que les queda
les manda mazapn por Navidad. Lo cont tal cual fue, como har que al final
los cuentos que yo cuento acaban tan mal. Do, re, mi, mi, fa, sol, fa ,sol, la.
Los cuento que yo cuento acaban fatal.
No soy yo, oblad, oblad,
los cuentos que yo cuento acaban so bad.
Colorn, colorao,
el cuento que yo cuento se ha acabao.
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